miércoles, 7 de noviembre de 2007

El Poder del Evangelio


“A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen…” Romanos 1.16

Superman: “el Hombre de Acero”. Su historia es conocida por muchos, pero de todos modos les quiero contar unos aspectos de ella. Su padre Jor – el, era un gran científico de Kriptón (su planeta natal), este había llegado a la conclusión que su mundo colapsaría dentro de poco tiempo, entonces decidió enviar a su hijo a un lugar seguro. Jor – el, no sólo buscó un lugar seguro para su hijo, lo envió a un lugar en donde el niño podría desarrollar súper poderes. Fue así como llegó el pequeño Kar – el, o Clark Kent, para nosotros los terrícolas, a la Tierra. Una vez que entró a nuestro sistema planetario recibió sus poderes de nuestro Sol amarillo: ¡Un gran poder, y una fuente de la cual emana!

Podemos ver en la declaración de Pablo que: “el evangelio es poder”, y no es un poder cualquiera, es un poder para la salvación, y está a la disposición de todos (no sólo de los ficticios hijos de Kriptón). Pero en forma similar al sol amarillo, el cual es fuente del poder de Superman, el evangelio tiene una fuente. Hay algo que activa ese poder en nuestras vidas. ¿Qué activa el poder del evangelio? Citando el verso: “es poder de Dios, para la salvación de todos los que creen. Sí, creer es lo que hace que este mensaje sea poderoso, esa es la fuente del poder del evangelio. Si nosotros creemos en las Buenas Noticias, entonces activaremos su poder para salvar nuestras vidas. Y lo mejor de todo es que podemos transferir ese poder a otros, compartiendo el mensaje del Evangelio y orando porque Dios permita que ellos crean.

Para Pensar

- ¿Tienes familiares, amigos, compañeros, etc. a quienes estás compartiendo las Buenas Nuevas? Pide a Dios que te conceda que el poder se active en ellos y puedan creer. Si no tienes a nadie; ¿Qué esperas! Como dice Superman: ¡A luchar por la justicia!

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